Tienes que fijarte en éstos aspectos y en tu gusto, claro
Es difícil pensar en un periférico más importante para un jugador de PC que el ratón de escritorio. Junto con el teclado y el monitor, forman el tridente básico por eso la elección no es algo que se deba tomar a la ligera. Sobre todo cuando nos encontramos en entornos competitivos, es esencial. Porque aunque muchos usuarios se decantan por emplear el mando para jugar en PC, hay juegos como los de estrategia en los que el ratón es el mejor aliado ya que una diferencia de unos pocos milisegundos o contar con tal botón a mano puede significar la diferencia entre una victoria y una derrota.
Aunque la elección es algo personal, y en ella entran a colación factores tan subjetivos como el gusto, o la apetencia de ciertas características, sí que hay motivos "físicos" por los cuales podríamos señalar un ratón como superior frente a otro de la misma gama.
¿Ratón con cable o inalámbrico? Una de las principales diferencias entre unos ratones gaming y otros y por mucho será por gustos. Hay a quienes no les importa tener un cable más rondando por el setup.
También el número de botones que tenga es importante: Históricamente los ratones han contado con dos botones: clic izquierdo y clic derecho. Años más tarde entró en juego la rueda central, que nos facilitó mucho la vida cuando toca hacer scroll. Pero con la irrupción de los periféricos gaming, el sector de los ratones se vio repleto de modelos con una gran disparidad en lo que a número de botones se refiere. Y este aspecto va muy de la mano del tipo de juego al que juguemos.
El Número de DPIs miden el recorrido de nuestra mano sobre la superficie. Y mientras que dicha medición se hacía antaño a través de una bola que había que sacar y limpiar cada cierto tiempo (¡qué recuerdos!), hoy en día el mercado está monopolizado por modelos ópticos o láser. Sin entrar en tecnicismos, es una luz a veces visible, a veces invisible, la que se encarga de mapear el recorrido que hacemos con el ratón. Y aquí entra en juego un factor: el número de DPIs (puntos por pulgada), que se traduce en que tengamos que mover más o menos la muñeca para hacer un mismo recorrido. Así, a mayor DPI menos movimiento tendremos que hacer para que el cursor se mueva de un lado a otro.
Otro detalle a tener en cuenta a la hora de decantarnos por un ratón u otro es su tamaño... y también el de nuestra mano. Cada uno agarramos el ratón de forma diferente, aunque generalmente hay tres formas: palm grip, cuando la mano al completo descansa sobre el ratón y hacemos clic con los dedos extendidos; claw grip, parecido al anterior aunque con los dedos índice y corazón arqueados; y fingertip grip, que es cuando no toda la mano descansa sobre el ratón sino que lo agarramos con la punta de los dedos. Usar un tipo de agarre u otro depende de los gustos de cada cual pero las dimensiones deben ir a la par del tamaño de mano.
Éstos podrían ser los aspectos técnicos que nos pueden ayudar a decidirnos por uno u otro. Luego los habrá con decoraciones, luces o inluso RGB pero eso seguramente sea lo menos importante cuándo estés dentro de la partida final de tu juego favorito.